La situación actual pide un cambio de perspectiva para procesar la información externa e interna a raíz de la pandemia del corvid-19 en el mundo.
Muchos de nosotros estamos ya saturados de información, aturdidos por la discrepancia de los datos y enfoques, confundidos por las contradicciones en los mensajes, asustados por las imágenes y noticias que llegan de lugares lejanos y no tan lejanos.
Es una pandemia informativa. Entre comunicados oficiales, medios masivos de comunicación, redes sociales, amistades y conocidos, ya no sabemos que creer. El miedo se apodera y ya no queremos salir de casa, saludamos de lejos. Cuando pensamos que es una conspiración, una invención de intereses oscuros, nos llegan testimonios concretos, de primera, segunda o terceras fuentes, es real, esta sucediendo, allá, y pronto aquí.
Los gobiernos están obligados a resolver la crisis del virus, la administración de la vida y muerte ciudadana es su razón de existir. Toman las medidas políticas y económicas que tienen al alcance según sus recursos disponibles. Algunos gobiernos también hacen uso de su cultura nacional. Todos abonan al flujo informativo a partir de la estrategia que hayan decidido seguir. Pero como son varias las estrategias, y algunas son contradictorias, otras implícitas, y nos llegan notas de todas partes del mundo, los flujos particulares abonan al caos de la pandemia informativa general.
La emergencia de salud percibida nos obliga como humanos a buscar información para prevenir la enfermedad y la muerte en casa. Ademas debemos acatar las recomendaciones o mandatos de los gobiernos. Nuestra curiosidad nos empuja a buscar información que nos mantenga al tanto de la evolución de la crisis de salud en el país y en el mundo. También queremos entender el fenómeno ¿como empezó, donde empezó, porque se toman las medias que se toman, quien se beneficia de todo esto? Los ciudadanos nos contagiamos de esta pandemia informativa no solo porque esta a disposición, sino porque es nuestra naturaleza darle un sentido al mundo.
A diferencia de los gobiernos que tienen clara su función de administradores, nosotros como ciudadanos nos confundimos. No solo por el caos informativo, sino porque no esta clara cual es nuestra función mas allá de preservar nuestras vidas. Los ciudadanos nos contagiamos de la perspectiva de los gobiernos, y buscamos información para administrar la crisis real o percibida en nuestra esfera personal y familiar, la crisis de salud y la crisis informativa. Ni tenemos clara nuestra función ni tenemos los recursos para administrar la crisis. Nos convertimos en seres simuladores.
La administración gubernamental de la crisis y la pandemia informativa general nos angustia, nos confunde y nos convierte en seres pasivos. Esta es una gran contradicción. Pensamos que seremos mas humanos al seguir a pie de la letra las indicaciones gubernamentales, mientras que albergamos una gran confusión intelectual y anímica. Nos salva que somos humanos, nuestro potencial creativo y creador. Ojo con esto no estoy diciendo que no hay que seguir indicaciones de las autoridades de salud respectivas, sino que lo que nos hace mas humanos va mas allá.
¿Qué cambio de perspectiva proponemos?
Que en vez de adoptar la perspectiva y función de administración de la crisis, tomemos como seres humanos, ciudadanos, colectivos y sociedades que somos, la perspectiva de aprendizaje para transformar el mundo. Que retomemos nuestro papel activo, critico, y creativo. Que contra corriente, primero nos pongamos como humanos en el centro de nuestra observación, no porque somos lo mas importante, sino porque eso somos. Y en segunda instancia ampliemos nuestra vista a la vasta y diversa red de vida y existencia de la que formamos parte en este planeta.
Continuará ....
http://www.huizache.org/posts/pandemia-informativa-segunda-parte
Añadir nuevo comentario